lunes, 7 de diciembre de 2009
Morbid Angel en venezuela 10 de marzo
El 10 de Marzo el conocido local capitalino Vallenatos Sport Bar del C.C Chacaíto, famoso entre los metalheads venezolanos por servir como establecimiento de conciertos como los de Rotting Christ, Dark Funeral o Napalm Death; protagonizó la primera y única visita -hasta el momento- de los norteamericanos Morbid Angel, leyendas y pioneros del death metal, con más de 20 años en carrera y con placas discográficas de grandísima influencia en la música extrema.Apenas algunos días separaban éste concierto, del pasado que hubo en Caracas con Iron Maiden, siendo éste un detalle bastante decisivo que jugó en contra de la asistencia para éste evento, más que todo por los fanáticos que viven fuera de la capital. De no haberse tal detalle, el local hubiese quedado pequeño para la cantidad de personas que hubiese ido, tomando en cuenta de que se trata de una banda con tantísimo renombre a nivel mundial como lo es Morbid Angel.En el cartel del evento, dos conocidas bandas capitalinas como lo son Demise, quienes estrenarán pronto su primera placa discográfica Mode: Terror, y Post Mortem, que regresarían sorpresivamente a las tarimas, eran los encargados en representar a Venezuela ante a las leyendas estadounidenses.El primer abrebocas se vivió la noche anterior en la tienda Morrocoy Studio, donde se llevo a cabo una sesión de autógrafos junto con la banda en pleno. Trey Azagthoth, Pete Sandoval, David Vincent y Thor Anders, estaban decididos a plasmar su firma y compartir con sus seguidores venezolanos.Finalmente, el martes, 10, alrededor de 400 personas se darían cita para tan esperado concierto. Para éstos, la entrada al recinto -algo lenta por las medidas de seguridad implementada- fue un poco tarde de lo pautado, a casi a las 9 de la noche. Según rumores, a causa de problemas técnicos con el amplificador del guitarrista Trey Azagthoth, que aparentemente tuvo que ser reemplazado. Entre tales rumores se dio a conocer que Post Mortem no tocaría, por algunas complicaciones.A las 9 de la noche, Demise subiría a la tarima, a esa hora quizás porque decidieron pautarlo así (ya las pruebas de sonido se habían realizado y la banda se encontraba a un lado de la tarima), y empezaría el destacado show de los caraqueños. Éstos estuvieron arrolladores; empezaron el set con la canción que inicia también su próxima placa discográfica: “Hezbola”, y desde ahí se fueron ganando al público presente con su enérgico Death Metal, en el que se notaba una marcadísima influencia de bandas como Napalm Death, principalmente en la voz de Álvaro Parra.Ésta fue, quizá, una de las mejores presentaciones de la banda, que ahora se ven mucho más acoplados que en anteriores ocasiones, y además con un sonido bastante mejorado y en conjunto. Incluyeron hasta un cover de Sepultura: “Troops of Doom” que hizo mover a todos en el local.El Setlist completo de Demise en la noche fue conformado por 9 canciones: “Hezbola”, “Chords of Disgrace”, “Monetary Faith”, “Troops of Doom” (Sepultura). “Neverending Brutality”, “Décimo Primer Día”, “Napal”, “Where Suffering”, “Disappears” y “Maquila”. En su mayoría, temas cortos pero muy directos. Preciso para calentar la noche.Eran cerca de las 10 de la noche, cuando apareció en tarima uno de los integrantes de los Morbid: El Comando, como le es llamado a Pete Sandoval. Mucha gente se quedó esperando que el baterista hiciera una de “las suyas” mientras salía el resto de la banda, pero éste se limitó solo a afinar detalles. Y luego de unos minutos se apagaban las luces y aparecía el resto: Trey, David -que regresaba a las filas de los mórbidos- y Destructhor (el nuevo guitarrista). Un momento inimaginable por muchos… ¡Era Morbid Angel en Venezuela!La banda encendía su aplanadora con “Rapture”, temazo destructor de uno de sus discos más populares, Covenant, e inmediatamente la presión hacia que se encontraban más al frente del escenario fue increíble, incomoda costumbre del venezolano -que si no se encuentra a menos de un metro de la tarima pareciera no quedarse tranquilo-.“Pain Divine” fue la siguiente canción en reventar aquella noche, y se empezaban a escuchar personas coreando las letras, detalle poco común en este país cuando de conciertos death metal se refiere. Al sonar “Maze of Torment”, siguiente tema interpretado, el sonido correspondiente al micrófono de David estaba muy bajo, a lo que el mismo vocalista, quien se vio bastante carismático esa noche, hizo enterar para arreglarlo, acotando luego, el atrevido y bromista comentario: “Ahora sí, todos pueden escuchar mejor mi sexy voz”.Inmediatamente siguieron su presentación con la poderosa “Sworn to the Black”. Y como lo vienen haciendo durante toda su gira, mostraron el adelanto de lo que será parte de su siguiente álbum -del que muy poco se sabe, por cierto- el tema “Nevermore”, grande, con un nivel de composición en las guitarras increíbles, que dan una gran señal de lo que será ese trabajo, muy a su propio estilo, con esa mezcla de tecnicismo y velocidad que les caracteriza, sin dejar a un lado la brutalidad propia de su estilo. No era de esperar menos, 20 años no pasan en vano.Regresaban a los inicios con dos temas de su álbum más clásico y conocido, el Altars of Madness; eran “Lord of All Fevers and Plagues” y la sobresaliente “Immortal Rites”. Ver a cada integrante de la banda era un deleite, desde las genialidades de Trey con sus cambios de ritmos desquiciantes, hasta la velocidad endiablada de Pete en la batería, que dejaba claro del porqué es uno de los mejores bateristas extremos de todo el globo.A pesar del calor que lo sofocaba, la compenetración de Thor Anders en la banda también es de recalcar, pareciera que tuviera mucho más tiempo girando junto a Morbid Angel. De hecho arrancó muchos aplausos al público, llegando a impresionar al Sr. Sandoval, quien le hacía gestos de alabanza.“Fall from Grace” era el primer tema del Blessed are the Sick que sonaba en toda la noche. Y vaya el recibimiento que tuvo, solo traspasado por el gran clásico de la banda “Chapel of Ghouls”, uno de los mejores de toda la noche sin dudas.El doble bombo no dejaba de sonar, cuando empieza “Dawn of the Angry”, que parecía dejar a gran parte del público exhausto. Aunque por cosas del destino -o bien planeado por la banda- la siguiente canción fue “Where the Slime Live”, tema con tiempos mucho más lentos y sin aquellos blast beats que retumbaban como cañones, en el pequeño local, cortesía de El Comando Sandoval.El clímax de la noche llegaría con “Blood On My Hands” y “Bil Ur Sag”, donde el cansancio parecía ya notarse en el experimentado baterista. Tanto, que el frontman notándolo, dio una pausa mencionando, en un intento bastante gracioso de hablar en español, que a su baterista le gustaba tocar “muy rápido”.“A room full of people… Of people like this… We will dominate!”... Eran las palabras que Vincent relataba para presentar “Dominate”, otro grandioso tema que era complementado después con otro gran clásico: “God of Emptiness”, que parecía llegar en el momento justo, pues parecía que Pete no daba más, y entre coros durante casi toda la canción recibían lo que sería el último tema de la noche: “World of Shit”, dejando a todos los asistentes extasiados y atónitos, sintiéndose como si hubiesen sido golpeados por un camión. Porque así fue Morbid Angel esa noche: una maquina increíble que dejo satisfechos a todos los asistentes.Demasiado excelente su presentación, una verdadera pena para los que se lo perdieron. La noche estuvo inolvidable y sí la banda vuelve-como todos prometen- con total seguridad, la mayoría de los asistentes repetiría.Éste fue el último concierto de la banda en esta parte de la gira por Latinoamérica, después de que tocaran en ciudades de México, Chile, Argentina y Brasil. En Venezuela se les notó bastante cómodos y agradecidos, de hecho no dudaron nunca en demostrar que lo estaban. Como anécdota, el momento en el que David Vincent, dijo refiriéndose a su público: “¡Amigos! No, no, amigos no… ¡Somos Familia!”Un gran concierto, muy bien organizado por parte de los ahora productores, Morrocoy Studios, y toda la gente que estuvo detrás en la logística del mismo. Muy pocas fallas, un sonido que, en líneas generales, estuvo bastante bueno y con pocos defectos.
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